Los seres humanos somos parte de un todo, donde todo tiene energía; la energía puede ser positiva o negativa y repercutirá en nuestro ser según la importancia que le demos dentro de nuestra vida.
Se debe tomar en cuenta que, ...
Los seres humanos somos parte de un todo, donde todo tiene energía; la energía puede ser positiva o negativa y repercutirá en nuestro ser según la importancia que le demos dentro de nuestra vida.
Se debe tomar en cuenta que, al ser parte de un conglomerado, se debe tomar en cuenta que todo lo que hacemos tiene consecuencias; en un mundo donde hace falta paz, es necesario infundir en los que vienen al mundo para proyectar amor y fundamento.
Dentro de las leyes impuestas a lo largo del tiempo, se les ha puesto nombre a las actitudes de los humanos, donde son catalogados según sea su comportamiento; se deja claro que esto es necesario para mantener un orden dentro de la sociedad, pero para poder evolucionar hacia otros estándares se deben realizar cambios.
Estos cambios repercutirán dentro de los diferentes con-ciudadanos que hoy se suman a ésta tarea: unir costumbres de diferentes partes del mundo para conformar una sola nación no será cosa fácil, debido a la gran importancia que esto tiene y del legado que se deja a las generaciones siguientes.
Es por ello que, al conformar la constitución, los ministerios y el orden preestablecido para completar los cargos que ejercerán los miembros de ésta nación, es necesario tomar en cuenta no sólo los puestos de trabajo a desempeñar, sino además realizar un sondeo de las necesidades a nivel mundial, con el fin de no caer en los mismo errores e impulsar a éste nuevo país espacial hacia el éxito de la evolución.
Es imprescindible no sólo tomar las ideas, sino analizarlas de manera sistemática, además de equilibrar el sondeo, de modo que existan actividades donde los futuros ciudadanos puedan desarrollar sin dañar al otro, donde el colaborativismo, la ayuda social, el respeto mutuo y la sustentabilidad vayan de la mano, con el fin de impulsar no sólo la paz a nivel social, sino además espiritual, donde la equidad y las creencias diferentes no sean un problema.
Así, el tiempo no estará perdido y se podrá garantizar el legado de paz hacia las futuras generaciones que tendrán la oportunidad de vivir, convivir y experimentar esta nueva forma de vida, esto sin dejar atrás de dónde venimos, con el fin de tener claro hacia dónde vamos y poniendo en marcha los objetivos de la constitución asgardiana, tomando siempre presente la historia del mundo, la cual será el móvil impulsor para ser mejores cada día.