El Ojo de Horus, que mejor símbolo para representar el retorno al Ser, a la unidad, como describen los geroglíficos y relatan la historia del dios Horus, hijo de los dioses Osiris e Isis. En su reinado de paz, Osiris es destruido por Seth, hermano de Osiris quien se apodera así el reino de los dioses. Seth divide el cuerpo de Osiris en 14 pedazos. Horus venga a su padre en una encarnizada batalla, aunque pierde su ojo derecho durante el combate. Con la intervención del dios de la sabiduría, Tot, el ojo es reparado con ayuda del Udyat y le es retornado a Horus. Este nuevo ojo le otorga a Horus una visión omnipresente y propiedades divinas que le permiten reunir las partes divididas de su padre y así devolver la vida a Osiris para que gobierne el Inframundo. El significado literal, vendría a ser, la unidad o la totalidad restablecida . El ojo de Horus es la totalidad, lo que ha vuelto a su ser y ha sido finalmente completado.

Permítanme ahora hacer una analogía con la historia conocida de nuestra humanidad. Innumerables batallas y guerras han alterado la paz para conquistar y gobernar, es como si una esencia de Seth se haya apoderado de la voluntad de muchas personas y a través de ellas haya querido gobernar el mundo, dividiendo a los seres humanos con pensamientos e ilusiones creadas por la mente, diferentes interpretaciones para los mismos fundamentos, quitándonos la visión de quienes somos y de nuestra humanidad, a tal punto que llegamos a hechos inentendibles  tales como las guerras mundiales con millones de víctimas y bombas atómicas, una locura absoluta en la oscuridad de nuestra ceguera.  Con el cambio de milenio y las nuevas generaciones de seres humanos, comenzamos a ver mas claro que nunca, así como Horus volvió a recuperar su visión, nuestros niveles de conciencia se acrecientan alrededor de todo el mundo y la unidad comienza a restablecerse y fortalecerse, así cada uno de nosotros estamos Retornando al Ser, por eso mismo también acompaño la voluntad de la creación de una Nación Espacial que busca la paz y la unidad de todos los seres humanos.

Finalizo este post usando una palabra de orígen sanscrito reconocida mundialmente:

Namasté (“ la mejor parte de mí les desea lo mejor a lo más profundo de ustedes”).