Ya por el año de 1949, George Orwell, escritor británico, publicaba su libro "
Nineteen eighty-four"
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Ya por el año de 1949, George Orwell, escritor británico, publicaba su libro "
Nineteen eighty-four"
como una premonición futurista de lo que hoy, 68 años después, conocemos como una realidad: la globalización, la penetración de la tecnología en la intimidad individual y la cada vez mas decadente humanidad, permitió la incubación del GRAN HERMANO, que todo lo ve, todo lo controla.
Las grandes naciones del planeta manipulan con su discurso distópico, es decir, del doble pensamiento: son capaces de mantener dos discursos diametralmente opuestos y convivir con ellas al punto de convencer, engañar y confundir, para mantenerse eternamente en el poder.
"En una época de engaño universal, decir la verdad es convierte en un acto revolucionario", afirma el autor.
En menos de 10.000 años de historia de la evolución (involución?), el hombre demostró hasta la saciedad de lo que es capaz: capaz de construir, procrear, desarrollar, edificar, adelantar, progresar, avanzar y a la vez capaz de destruir, humillar, corromper, demoler, asesinar y devastar todo lo anterior.
No es un poco una condición distópica, la nuestra?
En este escenario, la posibilidad de generar una nación sin fronteras geopolíticas, sin posesiones ni propiedades que dividen a las familias, segmentan sociedades y distancian generaciones, en donde cada individuo valga por sus ideas sin dañar al otro, donde pueda ejercer su espiritualidad sin necesidad de adoctrinar al tercero, en donde se respetan las escalas de valores fundamentales del ser, en donde se pueda gestar la siguiente generación de seres humanos sin la obligación de millones para generar oro y la riqueza para unos pocos, libres de la manipulación política, académica, científica, mediática, genética y alimentaria en el que hemos sido esclavizados por siglos, ya no es una utopía.